martes, 26 de febrero de 2008

00:55

La marabunta se calmó
el asfalto se distingue de la hilera de coches
que hasta hace poco lo cubrían

Un soplo se cuela entre la contaminación
mis pisadas se distinguen del barullo ausente
no hay bocinas

los semáforos regulan un tráfico inexistente
puedo cruzar la ciudad en un suspiro
ahora que nadie está mirando

Me abstraigo
no hay nadie con quien cruzarme
el reloj no marca la hora de llegada

Desacelero el paso y respiro hondo
a las 00:55
la ciudad descansa

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